miércoles, 5 de agosto de 2015

17:00.

Cuánto duele, le dijo a él.

Los dos sentados en una habitación pequeña y oscura. Ella apenas podía pronunciar palabra seguida sin que su respiración se viera entre cortada. Hacía ya unas semanas que sufría en silencio de ataques de ansiedad y todo lo que con conllevaba.

Él la tranquilizó- es un lugar seguro decía, puedes contarme todo.

Sin embargo, ella no podía parar de repetir una y otra vez que dolía, que dolía más que cuatro puñaladas, al fin y al cabo tras una puñalada directa en el corazón, cualquier sufrimiento acabaría en ese mismo instante.

Los dos sabían lo que sucedería después si ella no lograra hablar. Ella no podía más y él sabía que sus largas sesiones de poco habían servido. Un fracaso para aquella pareja encerrada en ese cuarto tan oscuro.

- Palabras. Duelen. Las palabras duelen doctor. Pensé que tras estos meses con usted habían servido de algo. Me sentía fuerte y valiente por un vez en mucho tiempo. Sabe lo mucho que me importan las personas y todo lo que acabo dando por ellas incluso sin ellas saberlo. Debe entender que ya no puede compararme con ese gran león que está dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de sobrevivir en un entorno peligroso, ese león que haría lo impensable por proteger a sus cachorros. Ya no soy esa. Alguien se encargó de recordármelo. Soy esa persona egoísta que solo busca el beneficio propio. Soy aquella que miente y juega. Soy aquella que- y por mucho que lo intentara evitar, rompió a llorar.

- No sé lo que realmente ha pasado estas últimas semanas que dejaste de venir a consulta. Lamentablemente, no he podido estar ahí cuando todo ocurrió. Lo que si que te voy a decir es que no puedes dejar que alguien, ni siquiera las personas más cercanas a ti, destruya todo lo que eres. No puedes permitir que en cuestión de días olvides todo lo que eres y todo lo que has conseguido. No, no puedes. Te conozco desde hace años y quizá solo yo sepa cada calvario que has pasado y cómo te has enfrentado a ello. Cada una de esas experiencias que has vivido a lo largo de estos años han hecho que tengas inseguridades y miedos. Pero ¿sabes? Hasta las personas más fuertes emocionalmente tienen miedo. Ese sentimiento es algo de lo que no podemos huir y que siempre nos acompañara en cada camino que decidamos elegir. Está en nosotros decidir si queremos que el miedo se apodere de nuestras decisiones o incluso de nuestra vida. No te voy a decir algo que no te haya dicho ya querida, pero solo tú sabes todo lo que has luchado por salir de cada una de las cosas que has vivido. Solo tú. Entiendo que todas esas horribles cosas por las que has pasado te han dejado pequeñas cicatrices que están costando un poquito más de curar y aún así aquí sigues. A pesar de todo lo que has experimentado, eres una persona bondadosa e inocente. Crees en la palabra de los demás por mucho que te lo niegues a ti misma y eso, a veces, te hace vulnerable ante los demás. Pero eh, si no no serías tú. Y sí, yo te seguiré viendo como ese león en la selva. Un león que está dispuesto a salir de su zona de confort con tal de seguir aprendiendo. Un león con una generosidad enorme que pocas veces piensa en si mismo. 
Te voy a decir otra cosa. Quien diga lo contrario, no te conoce de absolutamente nada y ay ojalá se tomaran el tiempo necesario para entenderte y quererte por lo que eres. Pero ya sabes, hoy en día nadie tiene tiempo para nada que no sean ellos. Solo aquellas personas ignorantes podrían decir lo que te han dicho porque si realmente se tomaran la molestia nunca querrían irse de tu lado. Tú eres esa persona caótica con el peino despeinado dispuesta a revolucionarlo todo. Y es que todo el mundo necesita una chica revolucionaria en su vida.
Ya lo que decidas hacer está en tus manos. Puedes huir y escapar de todo o te puedes quedar y lchar por ser una mejor persona por cada uno de los días que vivas. 

18:05. Fin de la sesión.

sábado, 1 de agosto de 2015

Mi último adiós.

Hoy me he dado cuenta de que alguien más te está haciendo todo lo feliz que yo no pude.

Es muy posible que haya perdido cualquier oportunidad, cualquier posibilidad de pelear a tu lado, pero es que hoy es el día en el que me he dado realmente cuenta de que eres feliz y no conmigo.

Hoy y mañana, y al día siguiente seguirán nuestras terrazas vacías de soledad, esperando a que otros dos amantes la llenen con los besos que nosotros nunca nos llegamos a dar.

Sé feliz. Muy feliz. Y ojalá ella te haga sentir como yo no lo pude hacer.